viernes, 31 de octubre de 2008

Sevilla - Málaga 26/10/08

Un gol de Adrián desnudó al Sevilla, que no estuvo en ningún momento a la altura del equipo que ha firmado el mejor arranque liguero de su historia. No tuvo que hacer el Málaga -que suma cuatro victorias consecutivas- el partido de su vida para llevarse los tres puntos del Pizjuán, algo que empieza a convertirse en tradición. Trenzó una buena jugada que Adrián definió con maestría y se limitó a contener el empuje (y poco más) de un Sevilla reducido a Navas y Luis Fabiano. El brasileño pudo empatar e incluso voltear el marcador, pero quizá hubiera sido un premio excesivo para el Sevilla. A lo mejor los tres puntos también lo son para un Málaga que, subido en la ola buena, se mete de cabeza en UEFA.El Sevilla imbatible, impenetrable, el equipo de los récords, tardó un cuarto de hora en capitular ante el Málaga. Los centrocampistas visitantes tocaron en el balcón del área sevillista como si estuvieran en el salón de casa, hasta que Nacho se la puso a Adrián. El fino punta -otro lujo asturiano- no tuvo muchos problemas para encontrar un hueco en la muralla que, hasta este partido, protegía a Andrés Palop. Fue una acción aislada, cierto. No es que el Málaga se adelantara fruto del dominio total del juego, pero supo atemperar la salida local, bloquear al dúo Maresca-Duscher y limitar el Sevilla a la pareja formada por Jesús Navas y Luis Fabiano. Sin juego en la sala de calderas, la mejor ocasión de los hispalenses llegó de un pelotazo desde la posición del ‘3’ –esto es, desde la propia zaga– que Luis Fabiano peleó y envió, envuelto en vaselina, al larguero de Arnau. La propuesta de Antonio Tapia tampoco fue precisamente revolucionaria: todos juntitos atrás y a buscar la lotería de una contra. Bastó.Aunque hubo algunos nuevos protagonistas, el guión no varió tras el descanso. Jiménez presentó a Romaric y a Chevantón, que estuvo tan bullidor como sobreactuado. Con el Sevilla cada vez más volcado, Palop se hizo grande para sacarle el 0-2 a Adrián ‘a la argentina’, rodilla en tierra. Fue el preludio de unos minutos locos, los de la expulsión de Adriano (se le fue la cabeza y el brazo sobre el rostro de Gámez), un buen derechazo de Navas que buscaba la escuadra y el jugadón de Luis Fabiano, que se fue de todos, incluido Arnau, hasta quedarse sin ángulo para un disparo cómodo. El resto del partido fue un cursillo acelerado sobre cómo no contraatacar a cargo de los jugadores del Málaga. En realidad, tampoco les hizo falta mucha puntería para superar a un Sevilla irreconocible.

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